El proyecto considera una inversión de US$1.383 millones, cuya faena minera tendrá vida útil por 47 años, cambiando el método de extracción de subterráneo a rajo abierto de los recursos del yacimiento principal, Indio Muerto. Operaciones que se dan en un complejo escenario de manifestaciones que exigen proyectos de mayor cuidado con el medioambiente, teniendo en cuenta la polémica aún incierta del futuro de Minera Dominga en la región de Coquimbo.
A nivel mundial y nacional se ha posicionado la preocupación de evidenciar el tremendo impacto que tiene la actividad humana en la concreción de los alarmantes índices del cambio climático y que según expertos y académicos, estamos solo a un paso de que esta situación se torne irreversible, por lo mismo se ha vuelto vital una nueva mirada y replanteamiento de las naciones ante el desarrollo productivo que se desea y que debe ser acorde al cuidado del planeta.
En cuanto a nuestro país, el panorama es delicado debido a las consecuencias en torno al déficit hídrico que se ha extendido desde el territorio del norte hacia la zona central del país. Ante ese complejo panorama, el gobierno de todas maneras ha focalizado sus esfuerzos en indicar que sus pronósticos productivos a través de proyectos que están en carpeta, vayan acorde a los desafíos del cuidado del planeta.
En medio de un incierto escenario que se vive en torno a los proyectos mineros y su real impacto en el sistema hídrico, el gobierno de todas maneras comenzó el día de hoy con la puesta en marcha de las obras en la faenas de Mina Rajo Inca, pertenecientes a Codelco de su División Salvador. Según proyecciones del propio gobierno, se busca extraer alrededor de 561 millones de toneladas de mineral sulfurado y 297 toneladas de mineral oxidado.
El gobierno ha puesto hincapié en que durante la fase de construcción, el peak dotacional fue de 2.476 personas al día y, ya iniciadas las operaciones, se consideran 973 personas diarias como dotación promedio. Durante los años en vigencia de Rajo Inca, el aporte al PIB regional promediará 3%. Además según los pronósticos, la contribución al empleo directo e indirecto a la tasa de ocupación de la región se calcula en 9% en las comunas de Diego de Almagro y Chañaral durante la vida del proyecto.
Fue el propio Presidente Piñera quien aseguró que “la minería no va a seguir siendo como era antes, estamos viviendo tiempos nuevos, estamos siendo golpeados ya no por un cambio climático, como lo decíamos hasta hace un tiempo atrás, sino que por una crisis climática que exige cambios profundos en la forma en que hacemos las cosas en todos los campos y muy especialmente en la minería”.
El mandatario aseguró también que el proyecto contempla resguardar el Salar de Pedernales y todo su ecosistema, además de recuperar 60 hectáreas de vegetación, un catastro de las especies de flora y fauna que existen en la zona para asegurar su sobrevivencia y la protección del patrimonio arqueológico.
“Rajo Inca es un proyecto innovador porque va a cambiar la forma tradicional en que se explotaban los minerales en esta tierra”, subrayó el mandatario finalmente.
De acuerdo a la cuprífera estatal, sus análisis aseguran que el plan de inversiones para este año asciende a US$ 3.500 millones y además de Rajo Inca, los mayores proyectos son El Teniente, Chuquicamata Subterránea y Traspaso Andina, que les permitirá aumentar la capacidad de producción y extender la vida útil de los yacimientos.
Habrá que ver cómo se desarrolla este escenario que trae incertidumbre, debido al hartazgo que se ha visto reflejado en la comunidad de organizaciones y grupos de habitantes avocados a defender los ecosistemas, los cuales aseguran, sufrirían graves consecuencias si se continúa potenciando el desarrollo de proyectos mineros sin un estudio de verdadero impacto ambiental.