Enfermedades cardíacas han estado al alza en la población, luego de meses de confinamiento que derivaron en mayor consumo de alcohol, tabaco y drogas que acrecentaron considerablemente la tasa de pacientes afectados por estas patologías, así como también los de riesgo de ataque cerebrovascular.
En Marzo de 2020 cambiaron las cosas para siempre. La llegada del coronavirus a nuestro país, obligó a modificar completamente los hábitos y rutinas de la mayoría de chilenos. Ya eran evidentes las cifras de alta obesidad en la población chilena, y la pandemia no hizo más que intensificarlas, debido a las restricciones que impedían a los chilenos hacer ejercicio con normalidad, sumado a malos hábitos adquiridos producto del prolongado confinamiento que derivaron en mayor consumo de alcohol, tabaco y estupefacientes.
Según los últimos datos arrojados por la Estrategia Nacional de Salud 2011 – 2020, han salido cifras preocupantes en relación al sobrepeso y obesidad de los chilenos. ya que aseguran un aumento en promedio de 7 kilos por persona en los últimos 10 años. Además, la práctica de actividad física disminuyó entre 40 y 45% en los chilenos durante la última década.
Con motivo de la conmemoración del Mes del Corazón, el Seremi de Salud, Alejandro García, recordó tres aspectos que no deben desatenderse si se trata de cuidar la salud cardiovascular. “Conocer y vigilar los factores de riesgo, mantener siempre los controles al día en pacientes cardiológicos diagnosticados y reconocer síntomas que pueden alertar de una patología al corazón o de una descompensación. Tanto en Chile como en el resto del mundo, la salud cardiovascular sigue siendo la primera causa de muerte en las personas, por lo que su diagnóstico precoz y tratamiento oportuno son imprescindibles para un buen pronóstico de los pacientes”.
Cabe destacar que de las enfermedades cardiovasculares que lideran las causas de muerte en los chilenos, son los infartos agudos al miocardio y el ataque cerebrovascular, por lo mismo el llamado de las autoridades fue a tener en cuenta los síntomas, sobre todo en la población de riesgo o que tenga historia familiar respecto a problemas de este tipo.
Parte de los importantes lineamientos que fueron definidos en esta instancia, fueron los de la nutricionista Macarena Yusta, quien subrayó: “Debemos continuar trabajando en reducir los riesgos principalmente manteniendo dieta y peso saludable además de controles de salud al día. Respetar y regularizar los horarios de comida; preferir alimentos bajos en sodio; consumir frutas y verduras crudas y cocidas diariamente; mantenerse bien hidratado y mantenerse activo”.