Este nuevo impasse entre las autoridades, se evidenció luego de la inasistencia por parte de la Gobernadora a la jornada tripartita, en donde el Delegado junto a los Consejeros Regionales tuvieron que analizar la baja ejecución presupuestaria sin la presencia de Naranjo.
Las y los ciudadanos de la región de Coquimbo han sido testigos del delicado momento que atraviesa la relación entre las autoridades más relevantes del territorio. Es que desde hace meses, la Gobernadora Krist Naranjo, el Delegado Presidencial Rubén Quezada y el Consejo Regional no han tenido reservas ni han querido zanjar sus diferencias a puertas cerradas, tratando de encontrar puntos en común para lograr sacar adelante los desafíos que permitan a la región, alejarse del índice que la mantiene con la más baja ejecución presupuestaria a nivel nacional.
El nuevo punto de inflexión que se dio en la relación, vino luego que la Gobernadora Krist Naranjo no se presentara a la reunión tripartita que tendría como partícipes a ella, además del Delegado Rubén Quezada y el pleno del Consejo Regional, sin embargo aquello no sucedió y generó inmediatas reacciones tanto de Quezada, como así también del Consejero Javier Vega, quienes alegaron la ausencia de la aludida. No olvidemos incluso que hace algunos días, algunos Consejeros habrían analizado estrategias para solicitar la renuncia de la Gobernadora. Es en ese escenario que Naranjo decidió golpear con fuerza la mesa, señalando que las autoridades del bloque oficialista regional no han cumplido el compromiso de apoyar su gestión por ser la mayor autoridad regional.
Fue en una entrevista que brindó a Diario El Día en una jornada que la llevó a la provincia de Choapa, en donde la Gobernadora puntualizó que “quiero aclarar el tema, porque las atribuciones del delegado son distintas a las mías, el presupuesto regional viene de orden del ejecutivo, que soy yo como gobernadora, y el Gobierno Regional, entonces a mí no me parece bueno actuar de esa forma. En sí las funciones del delegado son más bien del Ministerio del Interior, la seguridad pública y supervisar los servicios”.
Sin concluir allí su alusión, la autoridad electa aprovechó de manifestar que “yo quiero ser bien enfática en hacer las diferencias, porque a veces se confunden y yo creo que hay que ser claro en esto, la ley 19.175 establece a las gobernadoras y gobernadores de Chile como las mayores autoridades regionales, siendo el órgano ejecutivo de la región y quienes administran el presupuesto. Yo pienso que ahí el delegado también está fallando en esta forma de incidir, no sé si tendrán pretensiones políticas algunos de ellos en este momento, pero yo creo que no es tiempo de pensar en eso”.
Tras ser consultada sobre su declaración que las autoridades estarían llevando a cabo fines políticos en los constantes obstáculos que se generan en la relación, que se supone debiese ser mancomunada para tratar los desafíos regionales, Naranjo subrayó que “faltan más de dos años para nuevas elecciones y lo que necesita la gente y lo que ha manifestado es una nueva perspectiva, en donde nosotros tenemos que ser capaces de llegar a soluciones y para eso tenemos que trabajar colaborativamente y poder resolver los temas que son esenciales”.
Una situación que sin duda, mantendrá expectante a toda la región de Coquimbo que desde ya en el corto plazo, ve con dificultad que el escenario político regional pueda limar asperezas y encontrar puntos de encuentro en las visiones que mantienen la Gobernadora, el Delegado Presidencial y el Consejo Regional sobre cómo es la mejor forma y manera de conducir los destinos de un territorio que sufre con un alto índice de escasez hídrica, el poco dinamismo para la generación de nuevos empleos y la baja ejecución presupuestaria que no ha dado marcha a mega obras que podrían fortalecer el panorama silente que impera actualmente en el territorio y sus quince comunas.