Desde el Jardín Infantil hasta la Educación Superior: Claves para un retorno a la rutina más amigable

Esta columna de opinión fue escrita por Sandra Urra Águila, Académica de la Escuela de Educación de la UNAB.

Marzo suele ser sinónimo de listas de útiles escolares, uniformes y matrículas; las grandes tiendas y supermercados se visten de azul marino y blanco, mientras poco a poco las y los estudiantes comienzan a ver el fin de las vacaciones. Pero ¿nos preparamos para el retorno a la rutina anual?, ¿este retorno es sólo tema de estudiantes?, ¿nos damos cuenta de cómo afecta la vida familiar la llegada de marzo?, ¿estamos preparados como familia para “la vuelta a la rutina” amigable?

En primer lugar, pensemos en las niñas y los niños que van al colegio o jardín infantil por primera vez. Previo al ingreso es importante conversar como familia con ellos y ellas en relación a lo que será la nueva rutina diaria; cambian los horarios de levantarse, desayunar, almorzar, etc., por lo tanto, es recomendable cumplir estos horarios algunos días previos al inicio del año escolar, en lo posible visitar o mostrarles el nuevo lugar al que irán cada día, explicarles que es totalmente normal estar nervioso o nerviosa, incluso contarles de experiencias personales o de otros niños y niñas, invitarles a verbalizar o expresar su emociones, expectativas e incluso miedos al respecto (conversando, dibujando o buscando otra forma de favorecer su expresión), los primeros días de clase dar la tranquilidad de que al finalizar la jornada volverán a casa y podrán conversar sobre lo vivido en el día.

Es importante estar atentos y atentas como familia a las primeras semanas, dar el tiempo a la conversación y brindar espacios seguros para ello. No es bueno exponer a niños y niñas a mensajes como “ahora viene lo bueno”, “no hay que llorar, ahora estás grande”, “si no te portas bien le digo a la educadora/tía”, “si te portas mal no vamos a hacer…..”, estos mensajes sólo sirven para que las y los estudiantes aprendan que este nuevo desafío es más un castigo que una maravillosa oportunidad.

En el caso de estudiantes de educación básica y media que retoman sus estudios en un nuevo curso, es positivo comenzar paulatinamente los horarios de levantarse, comidas, sueño y actividades cotidianas antes del inicio de clases; mucho se puede aprender de lo que nos fue complejo el año anterior, por lo tanto, planificar con anticipación los espacios de desayuno, trayecto de viaje de ida y regreso, horas de estudio, actividades extraprogramáticas y tiempo de ocio puede disminuir atrasos, estrés y las discusiones matutinas.

Todo lo que dejamos listo el día anterior nos da tiempo extra a la mañana siguiente, eso incluye: preparar mochilas, colaciones, ropa del día a mano, firmar comunicaciones y materiales de uso en clases. Las primeras semanas es importante dar espacio a la conversación familiar respecto a cómo han funcionado las rutinas, las expectativas de las y los estudiantes, propuestas para mejorar lo que estamos haciendo, establecer responsabilidades y dar espacios a la expresión de opiniones que nos ayuden a hacer más positivo es retorno.

En cuanto a las y los estudiantes de educación superior, si bien su autonomía es mayor o las familia piensan que no necesitan consejos; hacerles sentir acompañados y acompañadas, dar recomendaciones para mejorar sus rutinas y favorecer ambientes que potencien el logro de sus metas y brindar espacios para que compartan sus emociones (aunque no quieran decir mucho), hará que sientan que no están solos o solas, será una preocupación menos en un mundo que muchas veces sienten que los empuja y sobre exige; al fin y al cabo, siempre es bueno sentir que somos amados y amadas, hay alguien que confía y se preocupa por mi día a día.

Para finalizar, puntos clave para recordar: Organizar los tiempos de estudio, respetar en dichos horarios los espacios de alimentación y sueño, priorizar las tareas en orden de complejidad y plazos de entrega, usar horarios o planner visibles, gestionando el tiempo y marcando las metas cumplidas.

Es importante dejar siempre espacio al tiempo de ocio, deporte y esparcimiento y para eso todo lo que se prepara el día anterior es tiempo extra en una nueva jornada. Potenciemos los espacios de conversación y expresión de emociones con estudiantes de toda edad. Paciencia, nadie dijo que sería fácil, pero sí puede ser más amigable y llevadero.

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